domingo, 18 de marzo de 2012

Mas allá de lo aparente.


MAS ALLÁ DE LO APARENTE
El jueves 15 de marzo del presente se realizó una marcha de protesta en la Ciudad de Puno a causa de la indignación de la población por el pésimo servicio que presta la empresa de transporte interprovincial JULSA. Salieron a la calle propios y extraños, políticos y no políticos, estudiantes universitarios, parientes y población, que de una u otra manera resultó perjudicada por esta empresa. Salieron a las calles expresando su malestar y preocupación. Nuestro alcalde provincial, quizás motivado por la corriente de vacancia que hay en su contra, también lo hizo y marchó conjuntamente con el colegio de periodistas y otras organizaciones. Las pancartas, discursos y entrevistas, iban y venían dando cuenta de las 38 muertos que tenía ya en su haber JULSA, desde el 2008 y que quedaron impunes. Todos, solicitaban su cierre definitivo.
Ayer una vez más, la población puneña demostró su solidaridad, preocupación y malestar por tanta injusticia y por la indolencia e insensibilidad que particularmente expresan los dueños de JULSA, para quienes, según parece, la vida no vale nada.
Yo, desde aquí quiero expresar mi solidaridad para con los familiares y amigos de todos aquellos que han caído en desgracia por los accidentes que ocurren en nuestras pistas, a causa de choferes irresponsables -que se encierran en sus cabinas con el volumen alto de su autorradio, y entre risa y risa con sus acompañantes quienes mención aparte son nada menos que mujeres contrabandistas que diariamente transitan por estas carreteras- y distraen a los choferes, poniendo en riesgo sus vidas y la de los pasajeros – y que manejan sabiendo que nadie debe ir en la cabina y que se debe manejar con los todos los sentidos puestos en el volante y no en otras cosas.
Todos sabemos que está prohibido llevar pasajeros intermedios. Pero ¿Quién controla esto? Sabemos que los choferes no deben manejar si han bebido más de dos copas de cerveza, y con mayor razón, si son más de dos copas de trago corto, como vino, ron, pisco; pero lo hacemos. Claro, muchas veces decimos, a mi no me afecta el licor, cuando tomo manejo mejor, etc. Pero, algunos malos choferes, no es bueno generalizar, lo hacen, olvidándose que bajo su custodia y amparo viajan seres humanos y no simple carga. ¿Quién controla esto?
¿Qué hacer entonces, ante esta situación, donde todos hacen tabla rasa de lo estatuido y donde nosotros somos los más perjudicados?
¿Quién tiene la culpa de que las autoridades se hagan de la vista gorda, que la policía de carreteras no haga nada. Que los choferes manejen con unos tragos de más. Que los choferes recojan pasajeros en el camino y que lleven intermedios. Creo que nosotros mismos lo permitimos, pues muchas veces vemos el peligro, sufrimos la injusticia y todo lo que hacemos es encogemos de hombros, cual tortugas que esconden la cabeza en sus caparazones cuando están en peligro o cual avestruz que cava un hoyo en la tierra, para esconder su cabeza cuando está en peligro, creyendo que así está a salvo dejando su voluminoso cuerpo al aire, expuesto al peligro. No señores, No echemos la culpa a los demás, por algo que nos involucra; tampoco digamos, esto no me afecta, porque la vida está llena de muchas sorpresas. Felicito a todos a los que se atrevieron a salir a las calles y se atrevieron a decir basta. Pero, si se trata de buscar culpables, busquemos culpables, por que los hay. Y no son solo los de JULSA. Ojala que la lucha contra el mal continúe. Yo desde esta palestra trataré de ser la voz de los que no tiene voz. Trataré de traer soluciones y no solo problemas.
En esta oportunidad, me atrevo desde aquí dar algunos aportes para menguar estos abusos y hacer más llevadero nuestro viaje:
Primero, creo que las autoridades deben gestionar la dación de una ley, resolución, norma o algo parecido para que operen comités de vigilancia vecinal en las carreteras para que apoyen a las instituciones del estado en la observación de la ley, en pro de un mejor servicio de transporte interprovincial.
Segundo, Hay una ley de tolerancia cero, que hay que ponerla a funcionar al máximo. En las carreteras del Perú hay cabinas de control de tolerancia cero que están ubicadas a la salida de estas grandes ciudades. No sé o no he visto alguna que haya a la salida de Juliaca con destino a Arequipa, o a la salida de Puno, con destino a Moquegua y Tacna. Si no hay , considero que hay que implementarlas y ponerlas a funcionar , estableciéndose que en cada una de estas casetas -que ven los aspectos mecánicos , el número de pasajeros, cinturones, numero de choferes, licencias, etc.- que realicen test de alcoholemia a todos los choferes de transporte interprovincial, a fin de detectar si han bebido o no unas copas de más. Pero, este control no solo debe realizarse al inicio del viaje , sino que también debe hacerse al final, y especialmente -de manera imprescindible- durante el viaje; pues, es durante el viaje , según las denuncias periodísticas y las estadísticas, cuando los choferes ingieren licor.
Ojala, las autoridades policiales, regionales o municipales, y mejor aun la población tome en cuenta estas reflexiones y nos pongamos a trabajar. Hasta la vista amigos.
Que tengan un bonito día.

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