Los Pueblos Indígenas del Perú ¿quechuas o aymaras?, ¿migrantes internacionales o simplemente, nacionales?
Antes de inciar con este artículo es necesario mencionar que el presente fue producido para cumplir con el curso de producción intelectual dictado por la Dra. Verónica Valdivia Yábar, realizado en el doctorado de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno
“El 89 % de los quechuas nacidos en Bolivia residentes en Chile se asientan en la primera y segunda región de este país ( Tarapacá y Antofagasta), áreas de territorios ancestrales; en cambio, el 73 % de los quechuas nacidos en Perú se dirigen a la región Metropolitana, lo cual correspondería a una migración internacional propiamente tal”. Esta información se halla en el capítulo “La irrupción de los pueblos indígenas y el nuevo estándar internacional de derechos humanos”, capítulo que da cuenta de la intervención de los movimientos indígenas, en el escenario sociopolítico de América Latina y el mundo, al poner en el centro del debate público el reclamo de reconocimiento como pueblos, exigiendo nuevos estatutos para garantizar su existencia y sus derechos, intervención que ha traído consecuencias directas para las políticas públicas, generando nuevas obligaciones estatales y parámetros de evaluación de las normas y de la actuación de los poderes estatales frente a los pueblos indígenas; las que sin embargo no se cumplen, siendo el balance crítico, pues la marginalidad, exclusión y pobreza permiten dar cuenta de esta discriminación estructural que sufren los pueblos; lo que amerita una relectura de este enfoque con relación a la pobreza, a las inequidades socioeconómicas, a los derechos económicos, sociales, civiles y políticos, y a la producción de información, estadísticas y sistemas de indicadores para su control y evaluación.
El referido capítulo está conformado por la sección demográfica que identifica a los indígenas, y da cuenta de la cantidad y del lugar de procedencia, así como de los perfiles demográficos heterogéneos, y la sección que refiere las reflexiones para el diseño de políticas en el marco de los derechos individuales colectivos; es parte del informe “Pueblos Indígenas de América Latina: antiguas inequidades, realidades heterogéneas y nuevas obligaciones para las democracias del siglo XXI”, publicado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
En cuanto a los perfiles demográficos, se puede decir que la estructura por edad y sexo de la población es un reflejo de las tendencias pasadas de la fecundidad, la mortalidad y las migraciones, de cómo han ido interactuando y evolucionando y de cómo las poblaciones indígenas pueden variar de una generación a otra según el contexto sociopolítico. Las desigualdades en los niveles de fecundidad son consecuencia de inequidades estructurales y de modelos culturales sobre el ciclo vital y la reproducción inherentes a cada pueblo. Si bien los niveles de mortalidad han descendido en la región, la situación es diferente entre países, áreas geográficas y grupos sociales, donde las disparidades persisten, llegando incluso a incrementarse en los últimos quince años.
En cuanto a al perfil de migración internacional y movilidad social, los datos revelan una menor propensión a la migración internacional por parte de la población indígena, quizás por el vínculo indisoluble con los territorios y por la desventaja estructural de los pueblos indígenas para aplicar esta estrategia incierta y costosa. No obstante, se aprecia un incremento en la migración masculina en la década de 1990, una migración indígena fronteriza y cuyos pobladores proceden en su mayoría de pueblos que colindan con dos o tres estados, los cuales se asientan mayormente en las zonas rurales.
Con referencia al perfil relacionado con la migración, diremos que es un aspecto muy importante que no se debe dejar de estudiar, por cuanto muchos de los problemas sociales que aquejan a las sociedades se deben precisamente a este fenómeno migratorio y de movilidad social que se da de pueblos rurales a las ciudades; y que hace que las ciudades crezcan desequilibradamente y sin planificación, contribuyendo quizá al empobrecimiento de los mismos migrantes. ¿es posible afirmar que los migrantes que lo hacen a territorios vinculados con sus ancestros sean menos activos y arriesgados que los que emigran a las metrópolis?
Por otra parte, el capítulo identifica a la población indígena de América Latina como pluricultural y pluriétnica; establece que la población indígena supera los tres millones de personas, según el censo de 2000; la cual esta principalmente asentada en las áreas rurales; conformada por 671 pueblos indígenas reconocidos por los Estados; muestra una variedad de contextos territoriales y situaciones demográficas, que van desde pueblos con aislamiento voluntario hasta asentamientos urbanos, pasando por casos de movilidad entre los medios urbano y rural y entre Estados; menciona que cuándo estos pueblos eran considerados “objetos” de política podían ser identificados por sus rasgos externos o culturales manifiestos, pero hoy se utiliza el criterio de la autoidentificación, que no es suficiente para dar cuenta de la heterogeneidad de los pueblos, sino que se requiere otros criterios como el origen común, la territorialidad y la dimensión lingüísticocultural; indica también que, según los censos de 2000 la población indígena de América Latina supera los 30 millones de personas caracterizados por la diversidad de su volumen y peso demográfico en cada país y por la distribución territorial que guarda un vínculo indisoluble con el territorio.
Sobre la información que dice que “El 89 % de los quechuas nacidos en Bolivia residentes en Chile se asientan en la primera y segunda región de este país ( Tarapacá y Antofagasta), áreas de territorios ancestrales; en cambio, el 73 % de los quechuas nacidos en Perú se dirigen a la región Metropolitana, lo cual correspondería a una migración internacional propiamente tal”, y que aparece al inicio del presente artículo, se puede señalar lo siguiente: en primer lugar , la población indígena del Perú no sólo es quechua, sino también aymará, sin olvidar que existe una infinidad de grupos tribales; en segundo lugar, según el estudio, la CEPAL indica que las migraciones internacionales son principalmente fronterizas, y en el sur del Perú la población indígena más cercana es la aymara mas no la quechua. Tomando en cuenta estos cuestionamientos creemos que es preciso hacer algunos reajustes, salvo que para la CEPAL el quechua sea el símbolo equivalente del poblador indígena peruano. De todas maneras, si se desea formular e implementar lineamientos de política orientados a una convivencia internacional democrática es preciso contar con mayor cantidad de información. No obstante ello, el tema de la migración internacional que incluye a Perú y Bolivia permite realizar algunas interrogantes sobre algunos vacíos que se perciben y se manifiestan claramente. ¿Los pobladores indígenas quechuas de Bolivia que migran a Chile son más conservadores, más identificados con sus raíces culturales que los pobladores indígenas migrantes del Perú? ¿cual es el nivel de migración de los pobladores aymaras que van al país chileno? ¿los estudios de la CEPAL han considerado como uno solo a los pobladores peruanos quechuas y aymaras, sin tomar en cuenta que son culturas diferentes?. ¿Los pueblos aymaras son migrantes internos solamente? Las respuestas a estas preguntas despejarían dudas y permitiría al Estado Peruano fijar lineamientos más coherentes y viables para consolidar la convivencia pacifica entre los pueblos indígenas y demás del Perú.
2 comentarios:
Las interrogantes de Renè Vargas revelan la situaciòn de exclusiòn del pueblo Aimara como de los otros pueblos ancestrales de la dinàmica social, econòmica y polìtica de la regiòn y del paìs.
Algunos autoridades se atreven a llamar a Puno "regiòn Quechua y Aimara". Sin embargo, hacen muy poco por saber de estos pueblos y menos por ofrecer informaciòn a los ciudadanos de esta regiòn.
Silvia Verònica Valdivia
esteee creo que deben poner mas nformacion
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