¿PARA QUE SIRVE EL PLAN ESTRATÉGICO?
Hoy la Universidad Nacional del Altiplano, al igual que otras universidades peruanas, ha empezado toda una serie de actividades de autoevaluación tendientes a lograr, en un futuro no muy lejano, la acreditación universitaria. Eso está muy bien; el problema radica en que pareciera que mientras unos tratan de empujar el carro hacia adelante, otros lo empujan hacia atrás. Consideramos que tanto los unos como los otros deben tener un objetivo común que les permita manejar un mismo discurso y este objetivo no debe ser otro que luchar por nuestra universidad.
Percibimos que cuando se toman decisiones en consejo universitario de nuestra universidad lo hacen de espaldas a los principios institucionales; o si no hagamos el ejercicio de preguntar a cada uno de los miembros de consejo universitario, a decanos y representantes estudiantiles si saben Cuál es la misión de la universidad, si conocen cuál es la visión de la UNA-Puno; si saben para que han sido elegidos, y si tienen idea de lo que la institución espera de ellos. Aunque no lo crean o se resistan a creerlo, las respuestas, a estas preguntas serán decepcionantes; claro está que con honrosas excepciones.
Seguramente que muchos miembros de esta honorable instancia en que se toman decisiones se han de rasgar las vestiduras poniendo el grito en el cielo, tratando de silenciar este medio o simplemente de declararnos personas no gratas, indicando que somos unos grandes mentirosos, que no queremos a nuestra universidad y cosas por el estilo.
Lo cierto estimado lector es que se están tomando decisiones antojadizas, jaladas de los pelos: Eso nadie lo puede negar. En lo que tal vez hayamos podido equivocarnos es en decir hipotéticamente que tal vez no conocen la visión ni la misión institucional , y créanlo que quisiéramos que así fuera, y de hecho desearíamos equivocarnos , porque ello significaría una gran alivio, porque el desconocimiento de los deberes y obligaciones, se puede solucionar en “un dos por tres” difundiendo , en primer lugar, el reglamento, el plan estratégico o los documentos que necesariamente debemos conocer para tomar decisiones acertadas y oportunas; en segundo lugar, ideando e implementando estrategias de evaluación para saber si realmente nuestras autoridades y los miembros de consejo universitario han leído el íntegro de los documentos e interiorizado lo expresado en ellos. UF Aquí estaría el problema, muy pocos leemos realmente los documentos normativos, y si lo hacemos, cual mariposas o colibríes, lo hacemos de aquí y de allá, pero raras veces en forma íntegra.
Por otro lado, si los miembros de consejo universitario conocen cual es la visión de la universidad a corto, mediano y largo plazo, si conocen cual es la misión de la universidad, entonces surge la pregunta del millón ¿por qué están tomando decisiones equivocadas? ¿Por qué se está perjudicando la calidad académica? ¿por qué toman decisiones de un momento a otro? …Las respuestas no se dejarían esperar: el problema es más serio de lo que parece. No se trata solo de desconocimiento que es fácilmente corregible, sino de actitudes que desdicen y desdibujan la calidad humana, analítica, gerencial e identitaria y la falta de perspectiva de quienes hoy nos representan y toman acuerdos de espaldas a la carta magna “nuestro estatuto” que está en revisión y de espaldas al plan estratégico 2010-2015 .
¿CÓMO NOS COMPORTAMOS EN SESIONES DE CONSEJO UNIVERSITARIO?
Como en todas partes, siempre hay gente a favor y en contra de algo. Y gente que se ubica en término medio, que no son ni chicha ni limonada pero que a fin de cuentas son los que inclinan la balanza hacia uno u otro lugar. Siempre hay gente que se opone por oponer, que actúa dogmáticamente, con un fanatismo político, ideológico y estamental que no permite analizar la situación en base a los reglamentos existentes; que no ven “más allá de sus narices”, que a la hora de tomar acuerdos solo piensan en el futuro inmediato, más no en el mediano ni largo plazo. En el otro lado, están los que sí quieren cambio, y que por cierto son pocos, los que quieren a su universidad y levantan la mano para opinar y defender el estado de derecho por decirlo así y por el cumplimiento irrestricto de la ley y demás documentos que dan sustento a la vida universitaria. Lamentablemente son pocos, frente al grupo mayoritario de aquellos que solo levantan la mano para votar pues ni siquiera son capaces de defender sus derechos y menos los derechos de la gran mayoría -que para eso han sido elegidos- por temor a recibir las rechiflas de los otros, y por temor a perder sus cargos y las ventajas que de ellos se derivan.
¿QUÉ DEBEMOS HACER FRENTE A LOS ENEMIGOS DE LA CALIDAD UNIVERSITARIA?
¿Qué podemos esperar de nuestros representantes que por miedo a perder el cargo o el apoyo se ven obligados a ceder ante chantajes tan conocidos como las tomas de locales, tan bien estudiadas y aplicadas por nuestros dirigentes estudiantiles y por aquellos que quieren salir del anonimato para proyectarse como futuros y legítimos representantes de nuestros estudiantes?
¿Qué podemos esperar de nuestros representantes que permiten : el dictado de cursos acelerados en vacaciones de 45 días con docentes contratados que no son de la especialidad, el desarrollo de semestres acelerados de dos meses, con interrupciones de la labor académica por paros laborales o tomas de locales, la aplicación de una currícula flexible por competencias que no permite la existencia de cursos prerrequisitos y que posibilita el cruce de horarios?
¿Qué podemos esperar de unos representantes que solo se preocupan por sacar profesionales de acuerdo al tiempo estipulado en la estructura curricular aunque haya habido paralizaciones por diversos motivos, sin considerar el tiempo y el esfuerzo que se debe dedicar a la enseñanza aprendizaje o en el mejor de los casos a la construcción del conocimiento por parte de los alumnos bajo el rol facilitador del docente universitario?
¡ACASO SE TRATA DE DAR PAN Y CIRCO A NUESTROS ESTUDIANTES?
Si observamos un momento el panorama universitario, notaremos que todas las luchas del estamento estudiantil y que han desembocado en tomas de locales, han sido y son por pabellones, por implementación, aulas virtuales, vehículos, etc. Ninguna paralización se ha dado para que la calidad de la enseñanza universitaria mejore. Para que se respeten los tiempos establecidos para el desarrollo de una asignatura y de un semestre académico. Pareciera que a los estudiantes solo les interesara egresar lo más rápido posible de la universidad, aunque ello sea a costa de una formación incompleta. Pareciera que tanto para los alumnos como para nuestras autoridades el aspecto académico fuera “la última rueda del coche”. Lo que no saben o ignoran es que cuando egresen de esta universidad y se internen en la jungla llamada sociedad donde prima la ley del más fuerte, del más capacitado y competitivo, quizás no puedan competir de igual a igual con otros profesionales, pues saltará a la vista de que han recibido una formación superficial e incompleta, que los poden en inferioridad de condiciones.
¿DE QUE DEPENDE LA EXCELENCIA ACADÉMICA EN LA UNA-PUNO?
Para nadie es una novedad que para obtener un producto de calidad, de excelencia, que sea cotizado por propios y extraños, este debe ser parte de todo un proceso que implica la concurrencia de factores como la calidad de la materia prima que son nuestros estudiantes que asisten a nuestras aulas a mejorar su nivel de conocimientos , de los maestros que hacen de facilitadores o imparten la enseñanza, de la voluntad de ambas partes de querer enseñar y querer aprender y de la existencia de condiciones mínimas necesarias y suficientes para cumplir con lo establecido en la estructura curricular y expresado en los objetivos de cada una de las asignaturas que se dictan. Si no se cuenta con el apoyo manifiesto de nuestras autoridades y consejeros que posibiliten la existencia normas que faciliten el trabajo académico universitario poco o nada se puede hacer por más buena voluntad haya de las partes comprometidas en el proceso de aprendizaje. Necesitamos miembros de consejo universitario con agallas, que se identifiquen plena y decididamente con el sueño de alcanzar el desarrollo y la excelencia académica.
Necesitamos, asimismo que los representantes de los tres estamentos universitarios: docentes, estudiantes y graduados, despierten de su letargo y se pongan “pilas” para luchar por nuestra universidad y no “Pro autoridad” ni “Pro intereses personales”.
LA PROBLEMÁTICA UNIVERSITARIA Y NOSOTROS. Antes de terminar, queremos indicar que la problemática universitaria no se limita a lo dicho en el presente artículo, solo es un indicador de cómo va la situación académica en nuestra universidad y que si no nos ponemos “la camiseta”, pensando primero en la calidad de la enseñanza, todo lo que se haga será una pincelada, por no decir una maquillada que estaremos dando para tratar mostrar al mundo algo que no es.
Es hora de ponerse la camiseta de la dignidad universitaria, de la excelencia académica. Hagamos de esta universidad, la única y la mejor entre las mejores. Pero para lograrlo debemos olvidarnos de enconos y enojos que a nada bueno conducen. Lo que no deben olvidar los gobernantes de los cuales nos ocupamos diariamente en nuestras columnas periodísticas es que nosotros, directa o indirectamente nos hemos convertido en sus agentes de investigación y relaciones públicas, y lo hacemos gratis. Hágannos caso, nosotros tenemos una lectura más real , pues solo nos mueve el deseo de informar y opinar con la verdad y el de construir una universidad de calidad, reconocida y respetada en todo sentido.
Léannos con los ojos, asimilen lo leído con el cerebro no con el hígado por que les puede dar indigestión y tomen decisiones con el corazón y con los reglamentos en mano. Hasta pronto.